Fracking es un término anglosajón para
referirse a la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no
convencional. Consiste en la extracción de gas natural mediante la
fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos). Para extraer el gas
atrapado en la roca se utiliza una técnica de perforación mixta: en primer
lugar se perfora hasta 5000 metros en vertical y después se perfora varios
kilómetros en horizontal (de 2 a 5). Entonces se inyecta agua con arena (98%) y
una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión. Esto hace que la roca se
fracture y el gas se libera y asciende a la superficie a través del pozo. El
proceso se repite a lo largo de la veta de roca rica en gas. Parte de la mezcla
inyectada vuelve a la superficie (entre un 15 y un 85%).
Álava-Araba se ha convertido en el epicentro de una zona
rica en gas no convencional (o natural) y el Gobierno Vasco, a través de SHESA,
ha anunciado su intención de explorar la viabilidad económica de la explotación
de este gas mediante esta técnica.
La técnica de extracción de gas no convencional denominada fracking
lleva años aplicándose en varios países, sobre todo en Estados Unidos, donde se
han constatado una serie de problemas asociados a este tipo de explotaciones.
Entre los problemas que causa el fracking al entorno de las
explotaciones donde se emplea esta técnica podemos destacar:- Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas.
- Contaminación del aire.
- Afecciones a la salud humana.
- Alteraciones del paisaje y el terreno.
- Contaminación de suelos al cerrar los pozos.
- Riesgo sísmico.
Para leer más: http://frackingezaraba.org/que-es/
OPINIÓN PERSONAL:
Bajo mi punto de vista, está bien querer aprovechar los
recursos naturales para nuestro propio beneficio siempre y cuando el beneficio
obtenido sea mayor al que se arriesga. Poner a una población en peligro de
contaminación, riesgo sísmico y/o problemas sanitarios para obtener una fuente
de energía que se puede obtener por otros medios, más caros, pero mejores en
varios ámbitos, no es una opción que se deba llevar a cabo. Ningún dinero se
puede comparar con el valor de la vida humana.
A demás, no solo afecta a las personas, si no también a todo
el ecosistema de alrededor, lo que causa cambios en los que están cerca de
estos y así, poco a poco, en toda la Tierra. Por ello, en mi humilde opinión,
se debería investigar en energías renovables que no afecten a la salud del
medioambiente ni de las personas o en una técnica nueva de extracción del gas
natural que cause el mínimo impacto o, directamente, ninguno.
Por Cristina Mateos
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